¿Por qué nos resistimos a descansar? parte 1

 

Cuando vives a toda velocidad, enfocad@ en producir, resolver, abarcar , atender a otros... te vas perdiendo , poco a poco de ti mism@... te ocupas en situaciones externas y te olvidas de ti... de ti,  el/la que está dentro, que también requiere escucha, atención y soluciones...Cuando vives así, la mínima sensación de bajar la velocidad para descansar puede ser resistida con toda tu energía, tu mente busca distracción y algo en que ocuparse; inclusive, puede irritarte tanto que sientas molestia al percibir que puedes bajar la velocidad...¿Por qué?   Porque el sistema nervioso ha estado trabajando durísimo a gran velocidad por mucho tiempo... no puede parar de repente y descansar. Porque todo el tiempo vamos de una cosa a otra, sin pausa.y nuestro sistema  no tiene un freno de mano, como los autos, que lo detenga en seco.  Pero hay una solución.

A veces, se necesita disminuir la velocidad poco a poco.  En las sesiones de yoga a algunas personas les es difícil  mantenerse en descanso durante la relajación o en las posturas restaurativas estáticas, donde el cuerpo necesita quedarse quieto un momento para experimentar el sentir diferentes zonas con atención o para notar el pensamiento...Así que atender esos detalles es imposible porque la mente va corriendo y ya quiere estar en otra cosa... Para estos casos lo mejor es  trabajar primero con movimiento, con acción y poco a poco ir disminuyendo la velocidad.

Si tu no vas a clases de yoga pero quisieras bajar tu velocidad, lo recomendable es iniciar haciendo pausas entre tus actividades para sentir tu respiración,  soltar la tensión, darle descanso a la mente y después continuar con tu día. 

Otra forma de hacerlo es descansar -acostad@ - durante el día. Entre semana. Después de comer o antes de ir a dormir...tomar descanso cortos acostad@s en el piso , 5 minutos para soltar el cuerpo y relajar la mente. Sólo descansar sin darle rienda suelta al pensamiento. Dejar que el piso te dé soporte para que te sueltes o para que te des cuenta en que partes de tu cuerpo hay tensión o si sientes alguna emoción atorada. Cuando nos damos espacios de sentir y de no hacer, podemos darnos cuenta qué está pasando con nosotros, en nosotros... y nos ayuda a conectar con nuestras emociones y atenderlas.

Estas practicas , en forma continua, pueden ayudar mucho a bajar la velocidad, a sentirte  en calma y con claridad mental para dar lo mejor de ti, a ti mismo y a los demás.